lunes, 18 de abril de 2011

No es amor a la costumbre

¿Y qué haremos mañana cuando el amor se marche aunque su sombra permanezca? ¿Conformarnos con una presencia gris? ¿Aferrarnos al memorioso ejercicio de lo que tuvimos? ¿O cerrar la página una vez más y salir, libres, al camino con el espíritu y los brazos abiertos y tomar lo que el azar nos depare? Nos engañaron con "el amor para toda la vida" ¿saben? Porque el amor es como una llamarada intensa al encenderse y cenizas luego en su inevitable proceso evanescente. El amor es un río brioso con aguas rápidas y mansas. Como agua en movimiento siempre está ahí, pero el agua de hace un instante no es la misma que la de ahora. Ya lo dijo Heráclito: "No es posible bañarse dos veces en las mismas aguas".

Yo veo al amor retorciéndose en agonía, en muchos rostros de parejas que sin embargo siguen juntas, a lo mejor para toda la vida. Yo veo al amor con una mortaja sobre labios, ojos y pieles marchitas. Yo veo al amor enjuto y canoso, impotente, entre dos cuerpos jóvenes. Yo veo al amor haciéndose carroña, mucho antes que mueran los cuerpos que le dieron vida. Veo al amor, en fin, que ya no les habla ni al corazón ni a los sentidos. Y sin embargo, por miedo, hay cuerpos que prefieren vivir con ese cadáver entre los dos antes que liberarse, soltarse hacia las aguas de otra pasión posible.

Enfrentemos los dioses de la rutina y salgamos a buscar el asombro, la emoción, la pasión que nos devuelve a la vida. Salgamos a buscar otros ojos y otras manos, en una noche cualquiera para caer alegres en la súbita trampa de otro nombre.

A.F.

2 comentarios:

  1. No entiendo porque habría de odiarte al leer este hermoso y revelador texto...

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  2. Que Increible..!!
    Demaciado Bueno..Gracias..Por Compartir Cosas Tan Bellas..

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