domingo, 24 de abril de 2011

Cuerpo clandestino

Él vendrá esta noche, clandestino ¿Y no es conspiración con uno mismo lo que intenta cada amante contra el otro? ¿No es conspiración, la de ella, entre sábanas y sombras?

La he visto verse desnuda, y por partes, que es más triste. Estudiarse aplicadamente el cuerpo cebrado por el sol tras las persianas. Comprobarse todavía apta para las ocupaciones de la noche. Si tan sólo pudiera quitarse las manchas de los golpes, el paso de los partos y los otros errores y hacer que él no le sienta al tacto la tristeza, que la afea como un tajo que tuviera en el vientre.

Y después, ¿Todo igual a otras veces? ¿El mismo vendaval de otro macho en la misma cama? ¿Presagios de un futuro que la última vez le duró sólo hasta el momento de desvestirse? ¿El recuerdo de una caricia bajo la almohada con que lleva la cuenta de los años sola? ¿Escritura de preso en las paredes?

Duele recomenzar una conversación después de haber perdido el habla.

Duele resucitar en el espejo y admitirse.

Duele ir tirando de nuevo los botones de la blusa para reconocer el camino de regreso a la cama…

A.F.

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