domingo, 5 de junio de 2011

Desafiando la razón

“La gota abre la piedra no por su fuerza sino por su constancia”

Ovidio

Con frecuencia veo subir y bajar del Ávila a un hombre al que le falta una pierna. Lo hace con energía, seguridad y una orgullosa sonrisa, con la que ilumina a todos los que transitamos el camino a Sabás Nieves. Se impulsa con agilidad con su otra pierna y una muleta de madera. Al verlo, luminoso, seguro, tenaz y venciendo lo que para muchos sería una drástica limitación, no me queda más remedio que admirarlo. Sobre esa muleta se desplaza una lección de vida para todos: las limitaciones están en nuestra mente. Si rompemos ese paradigma, somos capaces de todo. Picasso, solía decir: “yo hago lo imposible porque lo posible lo hace cualquiera” y también “todo lo que puede ser imaginado es real”. Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa. Y creo que esa victoria es la que obtiene este personaje mágico del Ávila, cuando sorteando piedras, subidas y bajadas, alcanza su meta. Su ejemplo es una lección de vida para quienes se rinden ante el menor obstáculo. Lo que un hombre piensa de sí mismo, es lo que determina o señala su destino.

Mientras no retemos a nuestra razón y a nuestro espíritu, sujetos casi siempre a paradigmas socialmente aprendidos, nunca sabremos de qué somos capaces. Como decía Thomas Carlyle: “Todas las empresas nobles comienzan por ser imposibles”.

Lo hermoso de estar en el camino es precisamente ir venciendo los obstáculos. Nuestra razón crea los abismos, nuestro corazón los atraviesa. Si nos acostumbramos a desafiar a nuestra mente, nuestro andar por la vida no será rutinario ni aburrido. Y la vida es el movimiento perenne y no la llegada a un punto de reposo. Para el reposo nos queda toda la eternidad.

A.F.

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